viernes, 31 de diciembre de 2010

¡¡¡Muy Feliz 2011!!!

Gente amiga:

Es común en este período del año recibir cadenitas acerca de las maravillas de la raza humana, las beldades de la sidra y el turrón y "que caro está el tomate, ¿vió?".
Es por ello que me sumo a la costumbre y les escribo unas líneas; un poco para agradecerles y otro poco para recordarles algunas cosas.

En lo personal fue un año extraño el 2010; con sus numerosas victorias y derrotas pero sobre todo, con un buen número de combates batallados que han dejado su enseñanza y marcas. Un año en el que muchas cosas que parecían fijas demostraron cuan frágiles son si uno se distrae, o no escucha verdaderamente lo que siente (y lo que sienten los demás).

Quizás cueste en estos días, entre la falta de luz y de nafta, de plata en el bolsillo y de buenas noticias en los diarios; quizás cueste, decía, ver al año que entra con buenos ojos. Y si, se hace dificil. Pero siempre recordemos que somos seres verdaderamente excepcionales; que este suelo dió origen a personas que han liberado, salvado y transformado la vida de millones de seres humanos a lo largo y ancho de este planeta.
Que nuestros próceres hicieron posible no solo la libertad de Argentina, sino de América toda; que nuestros premios Nobel se trajeron el galardón a casa, pero con sus logros hicieron del mundo entero un lugar mejor. Que nuestros deportistas no dejaron su marca solamente en nuestras afónicas gargantas, sino que hicieron a sus disciplinas un poco (o mucho) más grandes.
Scalabrini creía en lo que él llamaba El Espíritu de la Tierra (nuestra tierra, en particular). Lo comparaba con un gigante del que todos formábamos parte y al cual, por ello mismo, no lograbamos percibir. Sin embargo, ese gigante tiene un destino glorioso, y avanza hacie él en cada gesto nuestro, en cada una de nuestras acciones.

Yo creo en dicho Espíritu de la Tierra. Y creo porque, como también decía Scalabrini Ortiz, "Creer, he ahí toda la magia de la vida: atreverse a erigir en creencias los sentimientos arraigados en cada uno, por mucho que contraríen la rutina de creencias extintas; he ahí todo el arte de la vida".

¡¡¡Muy Feliz 2011!!!

viernes, 17 de diciembre de 2010

Capitalismo: Una Historia de Amor


La nueva peli de Moore!: Capitalismo, una historia de amor.

Y nuevamente, el tipo sorprende; no tanto por lo que dice sino dónde lo dice. A la mayoría de nosotros, ciudadanos de países del tercer (o del número que sea) mundo (que sufrimos a diario y desde siempre los avatares de un capitalismo leonino), este discurso no es nuevo. Es incluso algo trillado, y por momentos ingenuo.

Pero imagino a un ciudadano promedio de los Estados Unidos, personas que se han criado bajo la doctrina liberal, en miras del "sueño americano", viendo esto. Imagino a ese ciudadano promedio que pasó de sentirse en el mejor país del mundo, a verse en la calle (como cientos de millones de ciudadanos del resto del mundo sufren desde siempre) porque un banco que hasta ayer le juraba fidelidad decidió quitarle su casa, a la cuál apostó endeudándose de por vida.

Alguno podrá pensar que la peli terminó siendo vista por tres giles. Sin embargo (y me manejo en dinero pq así hablan los registros; me gustaría hablar de entradas vendidas), la película recaudó solo en EEUU 14 millones de dólares. Una cagada si se la compara con bestias como las de Harry Potter (la estrenada ese mismo año recaudó 300 millones en EEUU); pero interesante si se la compara con otras pelis del mismo tenor, como Bowling for Columbine (que recaudó unos 24 millones y generó un abierto debate en el país del norte sobre la venta de armas).

Hablamos de la industria cinematográfica que hace 55 años prohibió una película como La Sal de la Tierra por sus tendencias "comunistas"; la misma que repudió a Chaplin después de El Gran Dictador o Tiempos Difíciles por considerarlo una influencia antiamericana (y eso que había hecho tremendamente ricos a los estudios para los que trabajara). La industria que nos llenó la cabeza durante la guerra fría, llegando al borde de la burda obviedad en pelis como Rocky IV.

Es por eso que me gusta esta peli. No tanto por lo que dice, sino a quien y cuando se lo dice. No nos cuenta a nosotros, que llevamos estampada en las nalgas la tocada de culo del 2001, como los bancos sostienen un sistema en el que la gente importa poco: se lo dice a una nación que vivió, desde siempre, encandilada, obnubiliada por dicho sistema. Una nación para la cuál la cosa salía redondita, hasta no hace mucho.

Es por eso que las últimas líneas de la peli a mi me sorprenden tanto:
"Capitalism is an evil. And you cannot regulate evil. You have to eliminate it, and replace it with something that is good for all people.
And that something is called... democracy".

(El capitalismo es un mal. Y el mal no puede ser regulado. Debe ser eliminado, y reemplazado por algo que sea bueno para todos. Y ese algo es... democracia).

Latinoamérica aprendió hace mucho que la Democracia es usada, lamentablemente y desde hace mucho, para asegurar la libertad de comercio y nada más. Lo curioso es que ahora los propios estadounidenses comiencen a darse cuenta; y que esto llegue a las pantallas de la mano de un tipo tan reconocido como Moore.

Dejo de lado que el tipo sea algo demagogo y fanático de los demócratas. Celebro el acto, el acontecimiento: de la industria que importó el "american way of life" durante casi un siglo, sale hoy una película con una producción a lo grande, con un director de renombre, que habla de una alternativa al capitalismo como idea líder en los Estados Unidos.
Que no es poco.